lunes, 15 de diciembre de 2008

El renacuajo y la rana

"-Debería darte vergüenza -dijo la rana-. Cuando yo era un renacuajo, no tenía cola.

-Eso es lo que yo pensaba -dijo el renacuajo-. No has sido nunca un renacuajo."

Robert Louis Stevenson

Isidore

“Desde que tú te me apareciste, Monarca de estanques y pantanos, me has consolado algo; pero mi razón vacilante se abisma ante tanta grandeza”.

Conde de Lautréamont, Los Cantos de Maldoror

miércoles, 22 de octubre de 2008

Des-centrando

Leopoldo Lugones, Rubén Darío y Francisco Contreras.

A Juan Ramón Jiménez

¿Tienes, joven amigo, ceñida la coraza
para empezar, valiente, la divina pelea?
¿Has visto si resiste el metal de tu idea
la furia del mandoble y el peso de la maza?

¿Te sientes con la sangre de la celeste raza
que vida con los números pitagóricos crea?
¿Y, como el fuerte Herakles al león de Nemea,
a los sangrientos tigres del mal darías caza?

¿Te enternece el azul de una noche tranquila?
¿Escuchas pensativo el sonar de la esquila
cuando el Angelus dice el alma de la tarde?...

¿Tu corazón las voces ocultas interpreta?
Sigue, entonces, tu rumbo de amor. Eres poeta.
La belleza te cubra de luz y Dios te guarde.

Rubén Darío.

Centrismo

Estimados Amigos:

En estos días tendré el enorme placer de conocer - ya que vendrá por estas tierras - al director de un famoso museo situado en esa bellísima ciudad, escenario de tantas de nuestras aventuras, llamada Londres.

Creo que escuchar a este renombrado señor no será otra cosa que un enorme placer.

Hace apenas unas horas, sin embargo, habiendo desembarcado ya en el país vecino, este distinguido caballero ha pronunciado unas palabras dignas de mencionarse: "Todo sucede en Londres". Y bien, me he preguntado: ¿De verdad? ¿Será que todo sucede en Londres? ¿Y qué hago yo aquí de este lado del océano? ¿Y cómo podría enterarme mejor de lo que en el centro del mundo viene a ocurrir?

Por unos momentos he entrado en pánico. He dudado de mi inteligencia, mis deberes, de mis lealtades. Me he cuestionado sobre la validez del trabajo que realizo, tan alejado de ese foco luminoso y resplandeciente. Y luego me he dado cuenta: sólo es mirando y admirando lo que ocurre más allá de nuestras fronteras que nos reconoceremos a nosotros mismos.

Abro, pues, una nueva etapa en estos nuestros Tiempos Victorianos: la etapa de mirar hacia el exterior, las maravillas que mientras Inglaterra hacía lo propio, se gestaban en otros países.

viernes, 22 de agosto de 2008

El amor y sus accidentes

Queridos Amigos:

Prometí hablarles del amor, y cuánto me he extendido en poder llegar a proponerles el tema en estos nuestros Tiempos Victorianos. En fin, mis disculpas a todos. Me hallo en medio de un momento algo perturbador en mi vida, algunos caminos que se abren... y otros que definitivamente se cerrarán: la vida.

Pero bien: he aquí lo importante, que es la manera en que nos comunicamos y lo que de allí resulta. Hoy en día el amor no es más que un accidente extraño y en el mejor de los casos bienintencionado.

Por un lado, nuestra sociedad de consumo nos lo presenta bajo su lógica particular. Es decir, el usar y tirar. Por otro lado, nosotros las personas seguimos buscando el amor por todas partes. El amor, ¿pero qué amor? ¿La compañía? ¿El amor de las películas? Ay, si, queridos lectores, y he aquí que hemos formado nuestro criterio en el del amor romántico, proveniente en gran parte de las películas de Hollywood. Y entonces, ¿cómo no hemos de fracasar? Y sumémosle a eso la irritante necesidad de la seducción. No podemos acercarnos a nadie sin intentar seducirlo, lógica e inevitable también transposición del consumo (¿o no es esto cierto, queridas damas y queridos caballeros?), lo cual nos lleva indefectiblemente a mostrarnos como no somos, adornados por quién sabe qué cualidades absolutamente ajenas, oh desilusión, con resultados nefastos a posteriori (cuando se nos caen las máscaras).

Notarán mi desazón, queridos amigos, casi tanto que estoy a punto de apoyar la victoriana costumbre del matrimonio por conveniencia y obligación. Incluso podría decirle al caballero que me tocara en suerte: "Querido Señor, casémonos y ya tendremos el tiempo de conocernos. Intente usted amarme tal cual soy, sin el aditamento del romance, y luego ya veremos". Siempre es posible entregarse a otros amantes en el futuro, ¿o desde cuándo hemos defendido los victorianos la fidelidad a ultranza?

El amor, queridos, es hoy algo tan difícil, tan extremadamente raro y carente de libertad, que simplemente no me atrevo a seguir hablando.

lunes, 21 de julio de 2008

Madame Becky


Queridos Amigos:


Me encuentro hoy en un terrible estado de felicidad al anunciarles la entrada de mi admirada amiga Becky Sharp en estos Tiempos Victorianos. Creo que Madame Becky no necesita presentaciones: su blog habla por sí solo, y lo hace maravillosamente. Por eso me gustaría que ocupe un cargo en una comisión para la cual no teníamos hasta ahora un digno representante: quisiera que dirija - a menos que ella se oponga - la "Comisión de las Letras". No conozco a nadie más acertado para este fin.


Becky conjuga inteligencia con buen gusto, sentido común y sentido del humor. Es una notable investigadora de la cuestión femenina en los tiempos victorianos, tarea para la que reúne numerosas cualidades. He tenido la ocasión de leer un texto sobre este tópico admirablemente escrito, y sólo espero que se digne a colaborar con la causa de este blog escribiendo, de tanto en tanto, algún párrafo que nos alegre la mente y el espíritu.


Queridísima Madame Becky, bienvenida a estos Tiempos Victorianos. Le envío todo mi afecto desde aquí.

miércoles, 9 de julio de 2008

Todos los victorianos del mundo

Queridos Lectores:

No puedo dejar de mencionarles esto. Cuánto me alegra que no seamos los únicos que reivindicamos esta separación de nuestra vida privada y nuestra vida pública, además de admirar el arte de este florenciente período.

Nada más que decirles por ahora, queridos amigos. Guardo mis comentarios para el futuro. Quiero hablarles sobre el amor. Algo que en nuestros días es tan infrecuente como difícil.

The painter´s honeymoon

Lord Leighton

domingo, 29 de junio de 2008

Virginia y los libros

"He soñado a veces que cuando amanezca el Día del Juicio y los grandes conquistadores, abogados y estadistas se acerquen a recibir su recompensa - sus coronas, sus laureles, sus nombres tallados de manera indeleble en mármol imperecedero -, el todopoderoso se volverá hacia Pedro y dirá, no sin cierta envidia, cuando nos vea llegar con nuestros libros bajo el brazo: "Mira, esos no necesitan recompensa. No tenemos nada que darles. Les gustaba leer".

Virginia Woolf

jueves, 19 de junio de 2008

martes, 10 de junio de 2008

Una dama retratada por Leighton


Sir Henry

Me cansé de la crítica a nuestros tiempos. Basta. Ya dije todo lo que tenía que decir. Así que quiero volver a hablar de arte. Tengo pendiente un capítulo sobre los quioscos musicales, y otro sobre los niños, pero hoy quisiera contarles sobre uno de mis escritores favoritos. Se trata de Sir Henry James. Leí el "Retrato de una Dama" por primera vez cuando tenía 16 años, y años después tuve la ocasión de leer algunas de sus novelas más brillantes en su idioma original.

Norteamericano de nacimiento, pero naturalizado inglés, Sir Henry heredó una gran fortuna que lo mantuvo viajando por Europa durante largos períodos, y escribiendo algunas de las novelas decimonónicas más famosas de la historia de la literatura.

Hay algo especialmente fascinante en este escritor: es de los pocos que cree sin vacilación en la maldad humana. La maldad, no como producto de las circunstancias sociales o de una infancia desdichada. La maldad porque sí, explícita, retorcida. La crueldad, presente sin apenas matices en sus personajes, persigue únicamente el propósito del enriquecimiento. "A lo único que aspiro es a una vida tranquila", dice el marido de la dama del "Retrato". El resto es pura ostentación de poder. Sus personajes, siempre perversamente inteligentes, se regodean en someter a sus semejantes, empleando para ello los medios más sutiles. Pero que no se engañe el lector: los sometidos están del otro lado, son igualmente inteligentes aunque a veces mucho más cándidos (léase norteamericanos), y eligen esa condición. Algunos, como la protagonista del "Retrato", sufren las consecuencias de una mala elección. "Tenías la posibilidad de hacer todo lo que quisieras", le dice en algún momento su primo Ralph (cito de memoria). ¿Y cree Henry James en el amor? Sí, aunque es un amor atravesado por las convenciones sociales. Nunca puede saberse realmente si lo que experimentan esos hombres y mujeres tan formales es amor o capricho. En todo caso, está claro que el amor no es un mecanismo de salvación ni de consuelo, ni individual ni social. Aunque siempre queda en el aire la pregunta: ¿qué hubiera pasado si...?

¿Y qué decir de la impecable prosa? ¿De la tensión del relato? Henry James escribe como si tuviera todo el tiempo en la mano una pluma y un cuchillo afilado. Alguien, no recuerdo quién, dijo de él que sus personajes estaban tallados con cincel. No puede haber metáfora más exacta.

domingo, 8 de junio de 2008

La pasión según M.

Queridos lectores:

Me encuentro hoy algo cansada, de manera que deseo ser breve en esta pequeña reflexión que de todas maneras me gustaría compartir con todos ustedes, y que está asociada a aquello de lo que hablábamos de la superficialidad y de la falta de sentido crítico de nuestros tiempos. Es casi una perogrullada, y se desprende de lo otro de una manera natural: se trata de la falta de pasión. El argumento es claro y bien visible: si sólo podemos exhibir al mundo nuestra felicidad, y ello sólo provoca amplias sonrisas en el resto de la humanidad, ¿cómo podremos entonces ser apasionados?
No hay muchos hoy en día que defiendan sus ideas con apasionamiento. Si esto ocurre, en seguida los presentes en la conversación mirarán con una leve sonrisa dibujada en los labios, y alguno de ellos instará cordialmente a bajar el tono de voz, o bien se hará un silencio que llevará con suavidad al cambio de tema.
Si hay horror o dolor en lo que se pinta, escribe o fotografía, siempre será un dolor o un horror estilizado, irónico o referido a alguno de los aspectos de la cultura popular. Siempre, en todo caso, referido a. ¿Pero y la introspección? Ya hemos hecho todas las bromas y todas las citas que se podían hacer.
El compromiso escandaliza en estos tiempos, y por ende el apasionamiento se hace ausente de nuestras vidas. Recuperarlo, queridos míos, es uno de nuestros deberes en estos Tiempos Victorianos.

martes, 3 de junio de 2008

The World, by Christina Rosetti


By day she woos me, soft, exceeding fair:
But all night as the moon so changeth she;
Loathsome and foul with hideous leprosy
And subtle serpents gliding in her hair.
By day she woos me to the outer air,
Ripe fruits, sweet flowers, and full satiety:
But through the night, a beast she grins at me,
A very monster void of love and prayer.
By day she stands a lie: by night she stands
In all the naked horror of the truth
With pushing horns and clawed and clutching hands.
Is this a friend indeed; that I should sell
My soul to her, give her my life and youth,
Till my feet, cloven too, take hold on hell?

domingo, 1 de junio de 2008

La felicidad, JA JA

Y bien, queridos lectores, más de 240.000 resultados con la palabra "boda" en flickr, para hablar de un mal que acosa nuestra época, y que es el imperativo de la felicidad. Corren tiempos de sobreexposición, queridos amigos, pero además parece que esa sobreexposición debe referirse exclusivamente al costado más amable de nuestras vidas. El nivel de impudicia es directamente proporcional al nivel de alegría. La impudicia de la infelicidad parece reservada a los periódicos. Si circulamos por la mayoría de blogs y fotologs, veremos que además, se ejerce un casi nulo nivel de crítica o discusión. Esos no son espacios de debate. Al pie de las fotos de flickr, suelen leerse comentarios sobre lo maravillosa que le ha resultado a uno la foto, o bien la persona o el mobiliario que aparece detrás. ¿Y alguien podría indicarme, queridos amigos, de dónde viene la afición de una asombrosa cantidad de personas a empezar o terminar cualquier frase escrita en la red con un "jajaja"?
Las fotos eróticas, que no pornográficas, suelen también surcar los cuatro puntos cardinales de internet. Que nadie dude de la satisfactoria vida sexual de sus dueños, y mucho menos de la satisfactoria relación con sus cuerpos.

Queridos, la tristeza me embarga muchas veces al pensar en lo mucho que hace falta reflexionar cada día para no caer en la más absoluta idiocia. Dejemos nuestras diversiones de alcoba para la alcoba, y como siempre en estos nuevos Tiempos Victorianos, que se imponga la modestia.

viernes, 30 de mayo de 2008

Boda en flickr: 242.520 resultados


La lista de flickr


Mi querido amigo M. L. lo dice mejor que nadie. (En http://www.leache.blogspot.com/)


Si te preguntan dirás que tú no; que tú fotografías otras cosas, que no andas por ahí como el resto de los mortales apretando con el índice derecho(1), mientras miras por el visor las banalidades a las que se refiere la lista de Flickr. Esta lista en la que –si no me equivoco- el tamaño de cada palabra indica el número de instantáneas archivadas con el nombre de cada etiqueta, resulta más reveladora que un estudio demoscópico al uso. Obsérvese el tamaño de la palabra “boda”. ¿Cuándo habrá en estos archivos virtuales un apartado para “divorcio”? No hay una sola referencia a un asunto problemático por leve que éste sea. Es cierto que aparece “China”, pero, aunque no he hecho una búsqueda exhaustiva, me temo que no habrá grandes reportajes relativos a los derechos humanos o a la falta de los mismos.
Pueden también extraerse consecuencias de otro tipo: resulta curioso que aparezcan los colores primarios o que esté Barcelona y no Madrid. El fotógrafo-medio-colgador-de-imágenes interpone éstas entre la realidad y su vida diaria. Fotografía aquello que resulta excepcional y a lo que atribuirá en el futuro el adjetivo de “feliz”. Y así se va blindando contra sí mismo. Mucho más si tiene la oportunidad de mostrarse al mundo entero en el instante mismo en el que sonríe en una fiesta, entra en Eurodisney, visita Irlanda o hace esquí acuático. Los álbumes de hojas autoadhesivas con celofán protector en el que nunca cabía un número adecuado de fotografías, aquellos álbumes de polipiel en cuyo lomo podía leerse un tautológico “fotografías” y que ya no podíamos enseñar a las visitas, se vengan ahora de nuestros parientes y se muestran en todo su esplendor al mundo entero y mientras tú te divorcias, en el mejor de los casos, o atizas a tu esposa o ya no te hablas con el amigo ése de la derecha con el que te fotografiaste completamente ebrio, alguien al otro lado del mundo sin nada mejor que hacer, te mira en tu impudicia y piensa todo esto.

sábado, 24 de mayo de 2008

Guías turísticas

El autor de una guía de la prostitución de la que se vendieron 250.000 ejemplares en el Londres victoriano ha sido identificado por una historiadora británica más de doscientos años después de su muerte. Durante varios años a partir de su publicación en 1757, la "Lista de damas de Covent Garden" fue el vademécum imprescindible de cualquier caballero que llegase a la capital británica dispuesto a echar una cana al aire. La guía ofrecía informaciones muy precisas sobre el aspecto y las cualidades de las mujeres que vendían su cuerpo en lo que fue durante mucho tiempo un mercado de flores y hortalizas y es hoy uno de los lugares turísticos más visitados de Londres, además de sede de la Opera Real. Hasta ahora se atribuía la lista a un tal Jack Harris, de nombre real John Harrison, camarero de un famoso pub llamado "La Cabeza de Shakespeare" y conocido proxeneta, que en algún momento de su vida dio con sus huesos en la cárcel por culpa de ese negocio. Harrison no era, sin embargo, el verdadero autor, según la historiadora Hallie Rubenhold, que atribuye la obra al poeta y borracho Samuel Derrick, informa hoy el diario The Guardian. Aunque se decía nacido en una familia noble irlandesa, Derrick fue en realidad aprendiz de pañero en Dublín antes de viajar a Londres, donde frecuentó a algunos de los personajes más famosos de la época, como el erudito Samuel Johnson, autor del primer diccionario sistemático de la lengua inglesa. Según la historiadora, el poeta debió de pagar una comisión a Harris para poder utilizar su nombre. La lista en cuestión, publicada en forma de folleto, fue continuada durante otros quince años por otras personas, aunque con menor éxito que el alcanzado por la primera edición.

Jack the Ripper


Mis queridos lectores:

Me he dado cuenta últimamente de que este blog, crítica a nuestros tiempos absurdos y por demás exhibicionistas, tiene poco que decir acerca de las falencias de los tiempos victorianos. Si bien queremos volver a ellos, no debemos ensalzarlos en todos sus aspectos, no señor, sino tomar la delicada flor de la modestia y el decoro, y corregir, en la medida de lo posible, lo que de terrible podían tener. Y he aquí que, hace unos pocos días, leía en un conocido libro del escritor Julio Cortázar (a quien muchas veces un apreciado señor ha señalado como hombre corrompido y hueco de significado - permítame disentir, querido Sr. A.), algo sobre el famoso criminal Jack the Ripper. Jack, asesino de prostitutas, quién sabe por qué (teorías de todo tipo circulan al respecto, aunque como decía un querido amigo "no hay explicación para la locura"), se erigió a sí mismo en pilar de la sociedad, particular justiciero victoriano y dicen que cirujano de profesión, dada la habilidad de los cortes practicados en los cuerpos de numerosas prostitutas.

Leamos, entonces, la cita de Cortázar, y dejemos la reflexión para después del almuerzo:

"... un tal Henry Mahew, citado por Franklin en su estudio sobre el Ripper, comprobó que en tiempos de la gloriosa soberana las condiciones de vida en Londres eran tan monstruosas que el número de prostitutas pasaba de ochenta mil. El desempleo, la miseria, el despotismo social, no dejaban a esas mujeres otro reino que el de la ginebra, las enfermedades venéreas o el cuchillo; (...) Nada resume mejor el paraíso victoriano que la frase de una de las muchachas del East End cuando le aconsejaban que cesara de trabajar en la calle para no encontarse con el Ripper: "Bah, que venga. Cuanto antes mejor para una como yo".

Ahora bien, ¿acaso tenemos algo mejor que decir a favor de nuestra época?

Destripando

I´ve no time to tell you how
I came to be a killer,
But you should know, as time will show,
That I´m a society´s pillar.

De un poema enviado por Jack a un periódico londinense, 1888.

sábado, 17 de mayo de 2008

Where to live


Victoria en Windsor, 1895, con la princesa Beatrice y familia

Victorian Times Flowers


Flowers were used for much more than just decoration in the Victorian Era. Each flower had a special meaning. Flowers were used to communicate messages to other people. This is another example of one of the clever ways that people had to get around the complicated social rules that governed every aspect of their lives.
The first "Flower Dictionary" was written by Mme. Charlotte de la Tour in 1818. It was titled Le Language des Fleurs. Inspired by this book, a Victorian woman named Miss Corruthers of Inverness wrote another book on the subject in 1879. This book has become the standard of flower symbolism.
There is more to the meaning of a flower than just the type of flower that it is. For example, the shade of a flower. While a red rose means love, a white rose means "I am worthy of you." A white rose bud, however, indicates girlhood. To make matters more complicated, two different types or colors of flowers mixed together in a single bouquet means something entirely different!
Flowers did not have to be given for their meaning to be conveyed. Pictures of flowers on stationary could have greater meaning than the letter itself. Other meanings include the day on which you receive or find the flower. Superstitions such as, "If you find a lily today, you will meet someone who's name begins with an "L" in the near future," also exist.

The flower, by Lord Tennyson

Once in a golden hour
I cast to earth a seed.
Up there came a flower,
The people said, a weed.

To and fro they went
Thro' my garden-bower,
And muttering discontent
Cursed me and my flower.

Then it grew so tall
It wore a crown of light,
But thieves from o'er the wall
Stole the seed by night.

Sow'd it far and wide
By every town and tower,
Till all the people cried
`Splendid is the flower.'

Read my little fable:
He that runs may read.
Most can raise the flowers now,
For all have got the seed.

And some are pretty enough,
And some are poor indeed;
And now again the people
Call it but a weed.

Dedicado a Madame B., quien comienza la primavera del otro lado del Atlántico.

martes, 13 de mayo de 2008

Madame B.

Queridos amigos, recibamos hoy con los mejores honores a una de nuestras más recientes adhesiones a la causa. Se trata de la adorable e inteligente Madame B. Se preguntarán ustedes, ¿quién es Madame B.? Pues se trata de una de las más encantadoras damas que haya podido conocer la faz de la tierra. Conjuga inteligencia con belleza, ciencia con modestia. Y tiene un sentido común que he envidiado en más de una ocasión. Sus consejos me han mantenido cuerda en algunos momentos difíciles de mi vida.

Madame B. posee un conocimiento casi universal: se inclina por las bellas letras y el arte, pero también es una mente de ciencias. Es por esta razón que me gustaría que se ocupe de un tema que no debemos descuidar en nuestros tiempos victorianos: me gustaría que presidiera la "Comisión para la Ciencia".

No debemos olvidar, queridos lectores, que de la mano de Charles Darwin comenzó a florecer este aspecto del hombre, y no me gustaría pecar de frivolidad dejando de lado esta faceta por demás necesaria. En un mundo tan altamente industrializado como aquel en que Victoria entró a reinar, será un placer y un deber sentarnos a escuchar y aprender, en muchos de nuestros numerosos momentos de esparcimiento, y sobre todo en invierno a la luz del hogar, de los valiosos conocimentos de Madame B.

Queridísima Madame B., bienvenida al mundo de la Reina Victoria.

domingo, 11 de mayo de 2008

viernes, 9 de mayo de 2008

Lamento por Ícaro


Mea culpa

Queridos lectores:

Hace tiempo que no expreso algunas opiniones en este blog, pero me veo en la necesidad de utilizar el poder liberador de la palabra para confesar un pequeño pecado. Se trata, no de dar a conocer mi vida privada, sino de proporcionar un ejemplo que pueda servir para enseñanza de todos. Y bien, queridos amigos, hace poco tiempo tuve la nefasta idea de abrir cuenta en uno de esos endemoniados inventos que se ha dado en llamar fotolog. ¡Ay, qué idea! ¿Será verdad que existe el diablo y que inocula en nosotros ese tipo de ideas monstruosas? ¿O debemos creer a Mr. Freud y pensar que nuestro propio inconsciente nos deja en esos estados lamentables? Pues el fotolog en cuestión el medio más simple de exponer la propia vida al resto del mundo, y de volverse loco.

Tal vez deba explicar al lector cómo funciona un fotolog: básicamente, uno puede entrar y salir de ellos, y leer los comentarios que diversas personas dejan al pie de foto. Una vez abierto el mío, pude también acceder a una cierta "intimidad", ya que dispuse de una cuenta privada y aparentemente inviolable por otros usuarios.

Debo confesarlo: abrí un fotolog llevada por un animoso deseo de venganza hacia un antiguo amante, a quien por pudor no nombraré, pero que, a juzgar por mi breve investigación, tiene una especial debilidad por las veinteañeras (siempre que resulten bonitas, claro está). Pero una vez abierto, los dos días que lo estuvo, ¡Dios, mío, no puedo seguir...!

Y ahora, una vez fuera del influjo de semejante invento, pienso en Lady Chatterley y en sus amantes, en esos benditos tiempos en que no existía la tecnología, y en lo felices que todos vivían, ignorantes de los amores, flirteos y escarceos eróticos de los otros. Para saber si lo engañaba, el inválido marido de Lady Ch. debía guiarse por su astucia, por sutiles actitudes. Había que ejercitar la mente y las emociones. ¡Qué épocas dichosas, sin medios digitales, lejos de estúpidas herramientas tecnológicas! ¿Cómo puede sorprendernos que hoy en día el hombre se haya vuelto más y más imbécil?

Queridos lectores, una razón más para querer regresar a los tiempos victorianos. Así sea, y espero puedan perdonarme este pecado de (por qué no decirlo) juventud.

jueves, 1 de mayo de 2008

El amante de lady Chatterley


" El hombre dijo:
-¿Vamos?
-¿Adónde?
-Te acompañaré hasta la puerta del parque.
Disponía las cosas a su manera. Cerró con llave la puerta de la cabaña, y alcanzó a Connie, que ya había emprendido el camino. Yendo a su lado, el hombre le preguntó:
-¿No te arrepientes, verdad?
-¡No, no! ¿Y tú?
-¿De esto? ¡No!
Al cabo de un rato, el hombre añadió:
-Pero no sólo es esto. Hay otras cosas.
-¿Qué cosas?
-Sir Clifford. La gente. Complicaciones.
Defraudada, Connie preguntó:
-¿Por qué ha de haber complicaciones?
-Porque siempre las hay. Para tí y para mí. Siempre hay complicaciones.
El hombre caminaba sin vacilar, en la oscuridad. Connie le preguntó:
-¿Y tú, te arrepientes?
Alzó la vista al cielo y repuso:
-En cierto aspecto, sí. Creía que ya había dejado eso. Y ahora vuelvo a empezar.
-¿A empezar qué?
-La vida.
Como un eco, con extraña emoción, Connie exclamó:
-¡La vida!
-Es la vida. No hay manera de escapar. Y si uno consigue mantenerse al margen, igual se muere. Así es que si no me queda más remedio que dejar que vuelvan a hacerme vivir abiertamente, más valdrá que lo acepte.
Connie no acababa de comprender aquellas palabras, pero... Alegremente Connie dijo:
-Esto es sólo amor.
El guardabosque replicó:
-Hace falta saber qué es el amor."

D. H. Lawrence

martes, 25 de marzo de 2008

La elegancia de Mr. Dickens


Pantalón y chaqueta tipo levita, camisa con plastrón de satén, chaleco de seda y reloj de bolsillo. He aquí, queridos amigos, la descripción de la indumentaria masculina victoriana. ¿Recuerda el lector a Charles Dickens? Su nombre se cuenta entre los de los victorianos más ilustres. (Permítame decirse, sin embargo, que discrepo de los que lo alaban como inigualable talento literario. Me hubiera gustado de Mr. Dickens un poco más de ambigüedad. ¿Tan buenos o tan malos somos los seres humanos, querido Charles?).

Pero me he desviado de mi propósito: que los caballeros tomen este modelo estético para confeccionar su nuevo vestuario. Nunca olvidaré mi visita a su modesta casa victoriana, ni lo encantadoramente acogedor que resultó para mí, apenas una estudiante poco ilustrada e ignorante de su obra por entonces, conocer su biblioteca. Es verdad que Mr. Dickens era dueño de una gran elegancia. Nuestra reina nunca se hubiera dignado, de otro modo, a recibirlo como lo hizo, tan poco antes de su muerte en 1870.

Mr. Dickens, vaya para usted el más sincero homenaje a una vida azarosa. Ojalá muchos de nosotros podamos seguir su prolífico ejemplo.

martes, 18 de marzo de 2008

The Blue Rigi: Lake of Lucerne


Para Mr. Dorian

Prólogo a "El Retrato de Dorian Gray"


"El artista es el creador de las cosas bellas. Revelar el arte y ocultar al artista es la finalidad del arte. El crítico es quien puede traducir a otra forma o a un nuevo material su impresión de las cosas bellas. La más elevada, así como la más baja, forma de crítica es la de autobiografía. Los que encuentran intenciones feas en las cosas bellas son corruptos sin encanto. Ésa es su falta. Los que encuentran intenciones bellas en las cosas bellas son los cultivados. Para éstos hay esperanza. Existen los elegidos para quienes las cosas bellas significan sólo belleza. No existen tales cosas como los libros morales o inmorales. Los libros están bien escritos o están mal escritos. Eso es todo. La aversión del siglo XIX al realismo es la rabia de Calibán al ver su rostro en el espejo. La aversión del siglo XIX al romanticismo es la rabia de Calibán al no ver su rostro en el espejo. La vida moral del hombre forma parte del tema del artista, pero la moralidad del arte consiste en el uso perfecto de un medio imperfecto. Ningún artista desea probar nada. Hasta las cosas que son ciertas pueden probarse. Ningún artista tiene tendencias éticas. Una tendencia ética en un artista es un imperdonable manifiesto de estilo. Ningún artista es nunca mórbido. El artista puede expresarlo todo. El pensamiento y el lenguaje son para el artista instrumentos del arte. Desde el punto de vista de la forma, el modelo de todas las artes es el arte de la música. Desde el punto de vista del sentimiento, la profesión del actor. Todo arte es a un tiempo superficie y símbolo. Los que buscan bajo la superficie, lo hacen a su propio riesgo. Los que interpretan los símbolos, lo hacen a su propio riesgo. Es al espectador, no a la vida, lo que refleja realmente el arte. La diversidad de opiniones sobre una obra de arte demuestra que la obra es nueva, compleja y vital. Cuando los críticos difieren, el artista está en armonía consigo mismo. Podemos perdonar a un hombre por hacer algo útil siempre que no lo admire. La única excusa para hacer algo inútil es que uno lo admire intensamente. Todo arte es completamente inútil."

Mr. Dorian

No voy a hablarles hoy de una nueva incorporación a la causa. No puedo hacerlo, porque sé que mi queridísimo amigo Monsieur S. nunca me lo perdonaría. En vano sería intentar persuadirlo: Monsieur S. es un posmoderno convencido, y disfruta con especial devoción de nuestras discusiones acerca del tema, por el puro placer de contrariarme.
No puedo decirle: ¿Monsieur S., le gustaría unirse...? ¿Quisiera usted...? Ah, ya oigo su respuesta...
Sin embargo, queridos lectores, me gustaría hacerles una breve descripción de Monsieur S., ya que, de desearlo, sería un perfecto adalid para nuestra causa. No se trata sólo de su encanto, sino de su finísima inteligencia y sensibilidad. Únicamente su infinita modestia le impide a menudo confesar que es un eximio dibujante. Por lo general, las damas lo veneran. Monsieur S. ha encontrado el secreto de la juventud eterna.
(Mi adorable Monsieur S., ¿me permite llamarlo Mr. Dorian?)

Debo confesarlo: escribo estas líneas en la esperanza de convencerlo. Nada me haría más feliz que su incursión en nuestros "Tiempos Victorianos".

martes, 11 de marzo de 2008

Robert Louis


Under the wide and starry sky,
Dig the grave and let me lie.
Glad did I live and gladly die,
And I laid me down with a will.

This be the verse you grave for me:
Here he lies where he longed to be;
Home is the sailor, home from the sea,
And the hunter home from the hill.

miércoles, 27 de febrero de 2008

Maud

There has fallen a splendid tear
From the passion-flower at the gate.
She is coming, my dove, my dear;
She is coming, my life, my fate;
The red rose cries, "She is near, she is near;"
And the white rose weeps, "She is late;"
The larkspur listens, "I hear, I hear;"
And the lily whispers, "I wait."

martes, 26 de febrero de 2008

jueves, 21 de febrero de 2008

Strachey por Dora Carrington


Monsieur M.C.


Hoy quisiera hablarles de un amigo entrañable, alguien que recientemente se ha sumado a la causa que este blog predica. Se trata de Monsieur M.C. Su exquisitez de modales es sólo comparable a la de Lytton Strachey, y su inteligencia le permite abordar los temas más variados. Monsieur M.C. pasa sus tardes tomando té helado y pensando acerca de muy diversas cuestiones. Es por eso que al hablarle de esta causa, luego de una pausada reflexión, me miró con sus bellos ojos verdosos y, con una encantadora inclinación de su cabeza, decidió adherirse a ella.

Me gustaría - aunque aún no se lo he propuesto - que Monsieur M.C. se ocupara de la "Comisión Pro-Trajes Victorianos", ya que sus conocimientos sobre moda son de un gran refinamiento. Que no se incomode el lector: no estamos cayendo en la frivolidad. Pero, como buenos victorianos, debemos dedicarnos a embellecer nuestros cuerpos y nuestras mentes, y esa y sólo esa podría ser la razón de nuestras vidas, si no nos asaltara de vez en cuando la espina de la necesidad.

Así lo diría el Rey Lear, en palabras de Shakespeare, cuando sus hijas pretenden reducir a la mitad sus soldados "porque no os hacen falta tantos": "No me habléis de necesidad. Hasta el más humilde de los mendigos posee un cuchillo".
Y así es, querido lector, o al menos así tendría que ser. La necesidad es una mala consejera. Monsieur M.C., bienvenido al mundo victoriano. Su presencia aquí me honra infinitamente más que cualquier título nobiliario.

martes, 19 de febrero de 2008

Cricket, o cómo un victoriano se mantiene en forma


El reglamen-to del cricket data de 1864. No sólo florecieron las bellas artes y las ciencias en la época victoriana, sino también los deportes. Queridas damas, leamos juntas estos dos párrafos ya que nos esperan algunas tardes en la casa frente al lago, y no podemos apelar sólo a nuestras diversiones de alcoba para que nuestros cuerpos queden bien enfundados dentro de los corsets.


"La expansión del cricket, a nivel internacional, comienza en el siglo XIX. George Parr, de Nottinghamshire, forma, en 1859, una selección que cruza el Atlántico y en la que estaba el pequeño y veloz lanzador, de Sussex, John Wisden. Patrocinado por una empresa de alimentación, en 1862, un equipo inglés visita Australia y en 1868 un equipo australiano hace una gira por Inglaterra. En 1871 se constituye la Asociación de Cricket de Australia del Sur y en marzo de 1877, en Melbourne, se disputa el primer encuentro oficial (Test Match) entre las selecciones de Australia e Inglaterra, venciendo la primera por 45 carreras. En las postrimerías del siglo aparece la selección de Africa del Sur.


"The golden age" es la conocida denominación empleada para calificar a los años dorados del cricket inglés, período comprendido entre 1890 y la primera guerra mundial, con jugadores extraordinarios como el mítico William Gilbert Grace, el primero en alcanzar 2.000 carreras, en la temporada de 1871, y el primero en lograr 2.000 carreras y 100 eliminaciones en una misma temporada en 1876. En ese mismo año obtuvo 3 centenas al anotar para el MCC 344 contra Kent y días más tarde 318 para Gloucestershire contra Yorkshire; el pequeño príncipe indio K.S. Ranjitsinhji, más conocido como Ranji, primer bateador en alcanzar 3.000 carreras en una temporada o el impresionante atleta C.B. Fry a la vez jugador de fútbol, rugby y poseedor del título mundial de salto de longitud durante muchos años."

lunes, 18 de febrero de 2008

A la manera victoriana

Estoy segura de que a estas alturas el lector, por demás culto y bien entrenado en la época y costumbres de los pre-rafaelistas, empieza a aburrirse. Desesperado, mesándose los cabellos, pregunta: ¿pero qué pretende esta tal Mademoiselle M, por el amor de Dios? ¿Va a querer instruirnos sobre pintura indefinidamente?

No, querido lector. Lo único que he intentado hasta el momento es que todos seamos conscientes de lo que esa época maravillosa representó, y podamos, una vez más, compararla con nuestros depauperados tiempos, en los que no florece ni una sola de las bellas artes. Entonces podremos abrazar, suavemente pero con gran decisión, la moral victoriana.

¡Ah, qué tiempos nos esperan! Reuniones en las tardes, con nuestras respectivas tazas de té, tortas de todas clases, mientras unos y otros nos turnamos para jugar al cricket y demás entretenimientos de alcoba.

Y todo ello, enfundados en nuestros bellos trajes de época.

(Sres. Caballeros, sus modelos en la próxima edición)

jueves, 14 de febrero de 2008

Los prerafaelistas


"¿Qué significa esa denominación tan estrafalaria, quiénes fueron esos artistas, qué representan en la historia del arte? Desde 1848 y durante unos veinte años, hicieron de niños terribles de la pintura inglesa, la que después de J. M.W. Turner (1775-1851) no había dado muestras de gran vitalidad. El que llamó la atención del mundo del arte sobre Turner, y que estaría indirectamente relacionado con el origen del prerrafaelismo, fue el gran crítico y teórico inglés John Ruskin (1819-1900), enemigo mortal del Renacimiento y del barroco, a los que oponía la -según él- masculinidad y castidad del románico y el gótico. El retorno a la Edad Media, como fuente de inspiración para un arte más vigoroso y menos afectado, fue una derivación del romanticismo, si bien ya desde fines del siglo XVIII en Inglaterra y en Alemania se daba el Gothic Revival . En Roma se exiliaron varios pintores alemanes, encabezados por Peter Cornelius y Friedrich Overbeck, en busca de "purificar su propio arte nacional mediante el uso del arcaísmo, religioso y cultural". Se llamaban a sí mismos nazarenos, detestaban a Rafael y sus discípulos, los excesos teatrales del barroco, la frivolidad sensual del rococó, y procuraban reencontrar la frescura de los primitivos italianos: amaban a Giotto y a Fra Angelico. Con ellos se encontró en Italia, hacia 1840, el pintor inglés Ford Madox Brown, nacido en Calais en 1821, de padres británicos, estudiante de pintura en Brujas, Gante, Amberes y París. Cuando, en 1844, Brown fue a vivir a Inglaterra, de inmediato se puso a pintar, sobre las huellas de los nazarenos, temas nacionalistas y medievales: Chaucer en la corte de Eduardo III o Wycliffe lee la Biblia a Juan de Gante . Había en el aire de la época, en Alemania, en Inglaterra, en Francia (el estilo troubadour ), una evidente nostalgia de la Edad Media, consecuencia probable de los primeros encontronazos del humanismo con la Revolución Industrial. Esta última copó la famosa Exposición londinense de 1851, con su soberbio Palacio del Cristal, del arquitecto Paxton, la primera gran construcción de hierro y vidrio erigida en el mundo en escala colosal. El príncipe Alberto de Sajonia, consorte de la reina Victoria, fue el artífice de la Exposición y, paradójicamente, un coleccionista empecinado de pintura prerrafelista (Van Eyck, Van der Weyden, Duccio, FraAngelico, Gentile de Fabriano) y cofundador de la Arundel Society, encargada en difundir esas obras mediante reproducciones en grabado, vendidas a bajo precio, "a fin de que mayor familiaridad con los más severos y más puros estilos del Arte Temprano aparte el gusto público de obras tan sólo meretricias y pueriles, y eleve el tono de nuestra escuela nacional de pintura y escultura". Entre esas reproducciones grabadas, las más populares eran las de los frescos del Camposanto de Pisa (atribuidos entonces a Giotto y Orcagna), ejecutados por el curado de aquéllos, Giovanni Paolo Lasimio. Otro italiano, poeta y erudito especialista en Dante, Grabriele Rossetti, se habia exiliado en Inglaterra por razones políticas en 1824, llamado por su cuñado, el doctor Polidori (secretario de lord Byron y partícipe de la célebre velada a orillas del lago de Ginebra de la que nacería el Frankenstein de MaryShelley). Los cinco hijos de Rossetti, incluyendo una mujer, poetisa, Cristina Georgina, resultaron "artísticos" -si no siempre artistas-, sobre todo el mayor. Gabriel Charles Dante, nacido en 1828. "


Ernesto Schoo para "La Nación", Buenos Aires, 1997

viernes, 8 de febrero de 2008

lunes, 4 de febrero de 2008

Arts & Crafts


El inteligente y culto lector ya habrá notado el asombroso parecido que guarda Monsieur M. A. con Dante Gabriel Rossetti, retratado por William Hunt. Es, en efecto, algo bastante notable y un hecho que muchas damas no han dejado de señalarle. Monsieur M. A. se siente con frecuencia halagado, y el decoro que a veces muestra lo lleva a sonrojarse y a bajar pudorosamente su mirada.


Bien. Dado que este blog pretende hacer referencia a todos los aspectos de la vida en tiempos victorianos, creemos que no está de más introducir algún comentario sobre los pintores prerafaelistas y sus bellísimos retratos de enigmáticas y hermosas mujeres, así como sobre el movimiento "Arts & Crafts".


Por el momento recojamos en estas páginas un párrafo ilustrativo del Profesor García Torres, a la espera de que el lector se deleite con el detalle de este hermoso cuadro de Rossetti, fiel adalid de la moral victoriana:

"En su vuelta al pasado para renovar el interés por una artesanía orgullosa y cuidada, el movimiento Arts and Crafts, dirigido por Morris, afirmaba la imposibilidad de producir arte sin artesanía, hecho que suele olvidarse al establecer esa dicotomía tan en boga entre las bellas artes y las artes aplicadas. Durante el Renacimiento, el artista aprendía su oficio partiendo de tareas sencillas y compartiendo, a pesar de su categoría social, ese oficio o gremio con el auténtico artesano. Esto permitía un sistema de aprendizaje más firme y, lo que era más importante, una menor especialización. Había una interacción libre entre el artista y el artesano y cada uno de ellos podía participar en todas las etapas del trabajo, no existiendo entre uno y otro más barrera que su grado de habilidad."


Carácter y contenido de la alfabetividad visual(Segunda parte).
por Milko A. García Torres Contenidos recopilados del libro "La Sintaxis de la Imagen",D. A. Dondis.Editorial Gustavo Gili, 14 a edición. 2000.


viernes, 1 de febrero de 2008

Acerca de Monsieur M. A.


En la primera entrada de este blog, titulada "Primera reunión de la comisión", ya que fuera escrita ese mismo día, mencioné la existencia de Monsieur M. A. Monsieur M. A. es el presidente de la "Comisión para el uso del Corset" y un amigo entrañable que desinteresadamente se ha unido a esta causa.


Su inteligencia es tal que ningún Gladstone o Disraeli hubieran podido hacerle sombra, de haber vivido nuestro querido amigo en la época victoriana. Es por esa razón que, al mencionarle mi ambicioso proyecto, no dudó ni un minuto en hacerce cargo de la tarea gratificante pero sin dudas un tanto ardua de poner nuevamente a las damas dentro de los corsets de la época.


Monsieur M. A. se encuentra lejos de aquí. Se dedica a su noble tarea desde un punto lejano en este continente, donde ha hecho de esta causa el lei motiv de su vida.
Monsieur M. A., le envío el más afectuoso de los saludos.

jueves, 31 de enero de 2008

Lo que Virginia no vio

Virginia Woolf, nacida en 1882, no vivió más que escasos veinte años bajo el reinado de Victoria. En esos años y en los subsiguientes también, junto con otros integrantes del grupo de Bloomsbury, se dedicó a vapulear y vilipendiar la reinante moral victoriana, atacando sus aspectos pacatos.

Bien es cierto que era ella también una activa representante de la clase burguesa, aunque sin dudas sus miras eran bien diferentes y, junto con Joyce - a quien se negó a publicarle "Ulysses" en Hoggart Press - encabezaría lo que llamamos hoy el movimiento del "fluir de la conciencia". Los comienzos de la modernidad.

Ahora bien: ¿podía esta refinadísima escritora, que vivió en uno de los momentos más florecientes de su país, prever en lo que devendría su afán de libertad? ¿Cómo podría Mrs. Woolf, en los albores del feminismo, suponer que de la pulcritud victoriana en los modales pasaríamos al problema que hemos expuesto con anterioridad?

Si Virginia viviera, probablemente abogaría sin dudarlo por la vuelta a la moral victoriana.

El fin y los medios

El avezado lector de este blog tal vez se sorprenda al comprobar que una de las herramientas usadas para combatir la vertiginosa sobreexposición a que nos somete la vida moderna sea precisamente esta, el blog, tan en boga en nuestros tiempos y que hace posible la pública ventilación de la vida privada (en una palabra, lo que una querida amiga ha llamado "cotilleo"). Sin embargo, dicha paradoja no es tal, ya que no hay mejor manera de derrotar al enemigo que usando sus propias armas.

Lamentablemente no podemos, como hacía nuestra Reina, enviar la Armada Británica a combatir a cualquiera de los puntos cardinales, y además pensamos que en este terreno, la persuasión de las conciencias es más eficiente que el uso de la fuerza, método que por lo demás no está falto de empleo en nuestros tiempos.

En cuanto al resto, nada nos impide dar rienda suelta a nuestras pasiones con el criado, siempre y cuando los menesteres se realicen de riguroso luto.

miércoles, 30 de enero de 2008

Bloomsbury, o los que vinieron antes


Primera reunión de la comisión


En un mundo en el cual la exposición abierta de la propia vida se ha convertido en moneda corriente, desde "Tiempos Victorianos" pretendemos hacer una exhortación al orden, proponiendo una moral basada en dos pilares:

- Ajetreos de toda clase en las recámaras.

- Gran sigilo y decoro en la vida cotidiana.

La vuelta al corset será una de nuestras propuestas ineludibles. Bajo la atenta mirada de Monsieur M. A., esperamos muchas damas se esfuercen en secundar esta iniciativa.

Quedamos a vuestra entera disposición para cualquier consulta.