jueves, 1 de mayo de 2008

El amante de lady Chatterley


" El hombre dijo:
-¿Vamos?
-¿Adónde?
-Te acompañaré hasta la puerta del parque.
Disponía las cosas a su manera. Cerró con llave la puerta de la cabaña, y alcanzó a Connie, que ya había emprendido el camino. Yendo a su lado, el hombre le preguntó:
-¿No te arrepientes, verdad?
-¡No, no! ¿Y tú?
-¿De esto? ¡No!
Al cabo de un rato, el hombre añadió:
-Pero no sólo es esto. Hay otras cosas.
-¿Qué cosas?
-Sir Clifford. La gente. Complicaciones.
Defraudada, Connie preguntó:
-¿Por qué ha de haber complicaciones?
-Porque siempre las hay. Para tí y para mí. Siempre hay complicaciones.
El hombre caminaba sin vacilar, en la oscuridad. Connie le preguntó:
-¿Y tú, te arrepientes?
Alzó la vista al cielo y repuso:
-En cierto aspecto, sí. Creía que ya había dejado eso. Y ahora vuelvo a empezar.
-¿A empezar qué?
-La vida.
Como un eco, con extraña emoción, Connie exclamó:
-¡La vida!
-Es la vida. No hay manera de escapar. Y si uno consigue mantenerse al margen, igual se muere. Así es que si no me queda más remedio que dejar que vuelvan a hacerme vivir abiertamente, más valdrá que lo acepte.
Connie no acababa de comprender aquellas palabras, pero... Alegremente Connie dijo:
-Esto es sólo amor.
El guardabosque replicó:
-Hace falta saber qué es el amor."

D. H. Lawrence

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