sábado, 24 de mayo de 2008

Guías turísticas

El autor de una guía de la prostitución de la que se vendieron 250.000 ejemplares en el Londres victoriano ha sido identificado por una historiadora británica más de doscientos años después de su muerte. Durante varios años a partir de su publicación en 1757, la "Lista de damas de Covent Garden" fue el vademécum imprescindible de cualquier caballero que llegase a la capital británica dispuesto a echar una cana al aire. La guía ofrecía informaciones muy precisas sobre el aspecto y las cualidades de las mujeres que vendían su cuerpo en lo que fue durante mucho tiempo un mercado de flores y hortalizas y es hoy uno de los lugares turísticos más visitados de Londres, además de sede de la Opera Real. Hasta ahora se atribuía la lista a un tal Jack Harris, de nombre real John Harrison, camarero de un famoso pub llamado "La Cabeza de Shakespeare" y conocido proxeneta, que en algún momento de su vida dio con sus huesos en la cárcel por culpa de ese negocio. Harrison no era, sin embargo, el verdadero autor, según la historiadora Hallie Rubenhold, que atribuye la obra al poeta y borracho Samuel Derrick, informa hoy el diario The Guardian. Aunque se decía nacido en una familia noble irlandesa, Derrick fue en realidad aprendiz de pañero en Dublín antes de viajar a Londres, donde frecuentó a algunos de los personajes más famosos de la época, como el erudito Samuel Johnson, autor del primer diccionario sistemático de la lengua inglesa. Según la historiadora, el poeta debió de pagar una comisión a Harris para poder utilizar su nombre. La lista en cuestión, publicada en forma de folleto, fue continuada durante otros quince años por otras personas, aunque con menor éxito que el alcanzado por la primera edición.

2 comentarios:

Becky dijo...

Queridísima M.: Cada vez que leo su blog me sorprendo de nuestros gustos afines. El tema de las cortesanas decimonónicas es uno de mis tópicos favoritos -de hecho hace poco publiqué un artículo al respecto- y así también el tema sobre Jack the Ripper y el asunto de los amantes en los tiempos de internet. Quizás debiera unirme a la causa que promueve la vuelta a los tiempos victorianos, donde era más fácil ocultar un engaño y las mujeres podían dedicarse sin culpas a leer todo el día o mantener un affaire.

Mademoiselle M. dijo...

Mi Querida Becky:

Nada me honraría más que su entrada en estos Tiempos Victorianos. Pocos blogs tan amenos y bien escritos como el suyo se leen por los años que corren.

Y, leyendo el otro día sus páginas, donde relata esas maravillosas horas de ocio con sus hijos, pensaba, ¿qué sería de la niñez en los tiempos victorianos? Tengo que escribir unas líneas sobre eso.

Un saludo afectuoso,

M.

Pd: Me encantaría leer su artículo, ¿dónde puedo encontrarlo?