"He soñado a veces que cuando amanezca el Día del Juicio y los grandes conquistadores, abogados y estadistas se acerquen a recibir su recompensa - sus coronas, sus laureles, sus nombres tallados de manera indeleble en mármol imperecedero -, el todopoderoso se volverá hacia Pedro y dirá, no sin cierta envidia, cuando nos vea llegar con nuestros libros bajo el brazo: "Mira, esos no necesitan recompensa. No tenemos nada que darles. Les gustaba leer".
Virginia Woolf
domingo, 29 de junio de 2008
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