martes, 25 de marzo de 2008

La elegancia de Mr. Dickens


Pantalón y chaqueta tipo levita, camisa con plastrón de satén, chaleco de seda y reloj de bolsillo. He aquí, queridos amigos, la descripción de la indumentaria masculina victoriana. ¿Recuerda el lector a Charles Dickens? Su nombre se cuenta entre los de los victorianos más ilustres. (Permítame decirse, sin embargo, que discrepo de los que lo alaban como inigualable talento literario. Me hubiera gustado de Mr. Dickens un poco más de ambigüedad. ¿Tan buenos o tan malos somos los seres humanos, querido Charles?).

Pero me he desviado de mi propósito: que los caballeros tomen este modelo estético para confeccionar su nuevo vestuario. Nunca olvidaré mi visita a su modesta casa victoriana, ni lo encantadoramente acogedor que resultó para mí, apenas una estudiante poco ilustrada e ignorante de su obra por entonces, conocer su biblioteca. Es verdad que Mr. Dickens era dueño de una gran elegancia. Nuestra reina nunca se hubiera dignado, de otro modo, a recibirlo como lo hizo, tan poco antes de su muerte en 1870.

Mr. Dickens, vaya para usted el más sincero homenaje a una vida azarosa. Ojalá muchos de nosotros podamos seguir su prolífico ejemplo.

martes, 18 de marzo de 2008

The Blue Rigi: Lake of Lucerne


Para Mr. Dorian

Prólogo a "El Retrato de Dorian Gray"


"El artista es el creador de las cosas bellas. Revelar el arte y ocultar al artista es la finalidad del arte. El crítico es quien puede traducir a otra forma o a un nuevo material su impresión de las cosas bellas. La más elevada, así como la más baja, forma de crítica es la de autobiografía. Los que encuentran intenciones feas en las cosas bellas son corruptos sin encanto. Ésa es su falta. Los que encuentran intenciones bellas en las cosas bellas son los cultivados. Para éstos hay esperanza. Existen los elegidos para quienes las cosas bellas significan sólo belleza. No existen tales cosas como los libros morales o inmorales. Los libros están bien escritos o están mal escritos. Eso es todo. La aversión del siglo XIX al realismo es la rabia de Calibán al ver su rostro en el espejo. La aversión del siglo XIX al romanticismo es la rabia de Calibán al no ver su rostro en el espejo. La vida moral del hombre forma parte del tema del artista, pero la moralidad del arte consiste en el uso perfecto de un medio imperfecto. Ningún artista desea probar nada. Hasta las cosas que son ciertas pueden probarse. Ningún artista tiene tendencias éticas. Una tendencia ética en un artista es un imperdonable manifiesto de estilo. Ningún artista es nunca mórbido. El artista puede expresarlo todo. El pensamiento y el lenguaje son para el artista instrumentos del arte. Desde el punto de vista de la forma, el modelo de todas las artes es el arte de la música. Desde el punto de vista del sentimiento, la profesión del actor. Todo arte es a un tiempo superficie y símbolo. Los que buscan bajo la superficie, lo hacen a su propio riesgo. Los que interpretan los símbolos, lo hacen a su propio riesgo. Es al espectador, no a la vida, lo que refleja realmente el arte. La diversidad de opiniones sobre una obra de arte demuestra que la obra es nueva, compleja y vital. Cuando los críticos difieren, el artista está en armonía consigo mismo. Podemos perdonar a un hombre por hacer algo útil siempre que no lo admire. La única excusa para hacer algo inútil es que uno lo admire intensamente. Todo arte es completamente inútil."

Mr. Dorian

No voy a hablarles hoy de una nueva incorporación a la causa. No puedo hacerlo, porque sé que mi queridísimo amigo Monsieur S. nunca me lo perdonaría. En vano sería intentar persuadirlo: Monsieur S. es un posmoderno convencido, y disfruta con especial devoción de nuestras discusiones acerca del tema, por el puro placer de contrariarme.
No puedo decirle: ¿Monsieur S., le gustaría unirse...? ¿Quisiera usted...? Ah, ya oigo su respuesta...
Sin embargo, queridos lectores, me gustaría hacerles una breve descripción de Monsieur S., ya que, de desearlo, sería un perfecto adalid para nuestra causa. No se trata sólo de su encanto, sino de su finísima inteligencia y sensibilidad. Únicamente su infinita modestia le impide a menudo confesar que es un eximio dibujante. Por lo general, las damas lo veneran. Monsieur S. ha encontrado el secreto de la juventud eterna.
(Mi adorable Monsieur S., ¿me permite llamarlo Mr. Dorian?)

Debo confesarlo: escribo estas líneas en la esperanza de convencerlo. Nada me haría más feliz que su incursión en nuestros "Tiempos Victorianos".

martes, 11 de marzo de 2008

Robert Louis


Under the wide and starry sky,
Dig the grave and let me lie.
Glad did I live and gladly die,
And I laid me down with a will.

This be the verse you grave for me:
Here he lies where he longed to be;
Home is the sailor, home from the sea,
And the hunter home from the hill.